La empresa nos amenaza con deshabilitar el acceso de la CGT a las listas corporativas del correo electrónico, que permiten enviar información a toda la plantilla de forma muy rápida y sencilla. Alega dos cosas:
- Que enviamos correos con contenido no laboral y no relacionado con nuestras funciones de representantes sindicales de Ponen como ejemplo correos difundiendo una concentración contra la reforma de las pensiones o manifestaciones de los compañer@s de Lidl.
- Que en A Folla da CGT nº 139 (a la que llama “panfleto”, la misma denominación que usaba kla dictadura franquista para las publicaciones contrarias al régimen) hay descalificaciones
Lo que la empresa llama descalificaciones personales son críticas sindica¡les legítimas a la jefa de Personal de Ferrol, por mentirle al comité.
Por otra lado, en RRHH no pueden ser tan burros como para no saber que temas como las pensiones son laborales y están relacionados con nuestras funciones como representantes de los trabajador@s de Navantia. Que se busquen una excusa mejor.
¿Cuál es el problema real? Que la empresa (y sus sindicatos amigos) quieren el oscurantismo: cuanto más en secreto se negocie y cuanta menos información tengan los trabajador@s, mejor.
La CGT rompe ese consenso porque difundimos toda la información, y eso afecta a la paz social que quieren unos y otros. ¿La asamblea general del 18 de abril habría decidido los paros de cuatro horas de los días 20 y
25 si los trabajador@s desconociesen la propuesta de “prórroga” de la empresa, difundida por la CGT unos días antes? Tenemos claro que no.
Desde el punto de vista de la empresa y de los sindicatos que colaboran con ella, QUE LOS TRABAJADOR@S ESTÉN INFORMADOS SOLO PUEDE TRAER PROBLEMAS.
La empresa está borracha si piensa que con esta amenaza vamos a amedrentarnos y autocensurarnos. Eso le funcionará con otros, con la CGT no. Que le quede muy claro: la política sindical de la CGT, incluida la informativa, solo la decide la CGT.
Y también seremos nosotros quienes decidamos qué está relacionado y qué no con nuestras funciones como delegados sindicales en Navantia.
Los intereses de los trabajador@s van mucho más allá de los temas de ámbito exclusivo de Navantia porque somos miembros de una sociedad.
Por eso la CGT es un sindicato de clase, y no un sindicato corporativo ni un colectivo de empresa.
Los problemas laborales de las compañías, una reforma de pensiones o laboral, la situación de la sanidad, enseñanza o servicios públicos, la lucha feminista, el cambio climático o la solidaridad obrera, incluida la internacionalista (desde Lidl hasta Francia), también tienen que ver con los trabajador@s de Navantia.
Es INTOLERABLE que se nos amenace con limitar nuestra libertad sindical por cumplir con nuestra función de informar y defender a los trabajador@s, y más en una empresa pública gestionada por el gobwierno más progresista de la historia de España. Si Navantia nos restringe el uso del correo, presentaremos batalla con todos los medios a nuestro alcance.
Pero aunque esta amenaza pueda parecer una muestra de fortaleza, en realidad es una MUESTRA DE DEBILIDAD porque pone de manifiesto el MIEDO DE LA EMPRESA AL AVANCE DE LA CGT.
Con esta amenaza, la empresa revela CUÁL ES EL SINDICATO QUE LE PREOCUPA DE VERDAD: le preocupa que informemos, las medidas de presión que proponemos en la negociación del convenio, nuestras denuncias de los chanchullos en las contrataciones, nuestra estrategia de unidad obrera entre principal y auxiliares, la solidaridad activa que practicamos, nuestro discurso de izquierdas y anticapitalista…, en resumen, le preocupa nuestra defensa intransigente de los intereses de clase de los trabajador@s. La mejor respuesta que se le puede dar es hacer crecer la CGT.
Llamamos a todos nuestros simpatizantes a AFILIARSE A LA CGT y, a través de su participación activa, FORTALECER EL SINDICALISMO COMBATIVO, DE CLASE Y
ASAMBLEARIO que los trabajadores y trabajadoras necesitamos.
CGT, el sindicato que ni se vende ni te vende
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