Desde la Federación Estatal de Sindicatos de la Industria Metalúrgica de CGT (FESIM) afrontamos este 8 de marzo con el mismo compromiso que mantenemos a diario, de continuar la lucha de esta Federación por la igualdad entre mujeres y hombres y la importancia de garantizar la igualdad de oportunidades y derechos laborales para todas las personas independientemente de su género.
En un sector tan masculinizado como el nuestro, debemos de incidir en la mejora de oportunidades laborales dirigida a las mujeres, activando medidas para poder desarrollar nuestra carrera profesional y tener un futuro laboral en el sector, empezando desde la base por una formación con perspectiva de género y promoviendo medidas para adecuar los puestos de trabajo a las realidades de la mujer:
- Fomentar las medidas de conciliación laboral, poniendo la vida en el centro. Han de ser medidas reales que no obliguen a reducir las jornadas laborales, pedir excedencias o acogerse a contratos a tiempo parcial para poder compaginar la vida laboral y familiar.
- Eliminación de la brecha salarial de género, algo que se pone en evidencia año tras año y que indica que las mujeres, de media, cobran casi un 13% menos que los hombres, limitando sus opciones de promoción interna y afectando a sus ingresos a lo largo de toda subida, abocándolas a la precariedad.
- Tampoco podemos olvidar que las pensiones más bajas y las pensiones no contributivas, suelen ser aquellas que recaen en las mujeres, por lo que la lucha por la revalorización de las pensiones mínimas y las no contributivas es algo que este 8M también hemos de reivindicar.
El sector metalúrgico es un sector muy masculinizado, y por eso todavía es más importante la lucha feminista, para poder avanzar y luchar por sus derechos, que son derechos de todas y todos.
El acoso sexual y/o por razón de género y el acoso moral, es algo que las mujeres siguen viviendo en el trabajo. Desde la FESIM queremos que los centros de trabajo sean espacios seguros y libres de cualquier tipo de discriminación y de acoso, trabajando en protocolos de acoso y planes de igualdad efectivos que consigan una igualdad real entre mujeres y hombres, aplicando una ley de prevención de riesgos laborales con perspectiva de género.
Nuestro compromiso con la lucha feminista seguirá mucho más allá del 8M, lo haremos a diario, denunciando las desigualdades y discriminaciones que se sufren cada día en nuestros centros de trabajo y en nuestra vida. Porque las mujeres son esenciales en la sociedad, porque quieren y deben vivir sin miedo, libres de estereotipos sexistas y poder decidir sobre sus cuerpos.
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