Como todos/as conocemos, el pasado sábado día 12 de septiembre tuvo lugar en la fábrica la celebración del 50 aniversario de la fábrica y del 40 aniversario del modelo Polo, donde la Dirección de la Empresa se presentó como la Gran madre de todos/as nosotros/as, benévola, generosa y solidaria.
Para quienes aquí trabajamos la imagen que tenemos de ésta empresa, fruto de sufrir y padecer día a día durante muchos años sus políticas, es otra muy distinta.
Es cuando menos curioso que a la vez que el Presidente del Grupo Volkswagen, Sr. Winterkon, o el Director de la Fábrica, Sr. Sáenz, nos “deleitan” con sus discursos grandilocuentes para dar las gracias “a toda la Plantilla” por la disposición mostrada, por su profesionalidad y el buen hacer del conjunto de la misma, sin el cual no hubiese sido posible la consecución de los objetivos marcados, a la hora de mostrar su agradecimiento, más allá de reflejarlo en un papel, éste reconocimiento sea únicamente para una parte de la plantilla.
Bien que el acto lo organiza la empresa y puede hacerlo como quiera, bien que quiera darse “un baño de masas” y reivindicar así ante la sociedad navarra lo bien que trata a sus empleados/as, lo contentos/as que están y lo mucho que la quieren. Pero desde el punto de vista de CGT, fue un acto discriminatorio e injusto para una parte importante de la plantilla.
El sorteo y las salchichas (con gran indignación de los asistentes por la falta de pan que las acompañara) fueron el “gancho” para garantizar la asistencia de un número importante de trabajadores/as, que de otra forma no hubiese asistido. Pero ese sorteo conllevaba un “chantaje” implícito: “solo participará en el sorteo quién acuda el día 12 a reírme las gracias”, dejando fuera del mismo a quienes no podían acudir ese día, a quienes no lo quisieron hacer o a quienes a pesar de haberse apuntado teniendo intención de acudir no pudieron hacerlo por imprevistos de última hora.
Todo un acto de despotismo y desprecio por parte de la multinacional hacia quienes, en otras ocasiones, se deshacen en halagos para que con su esfuerzo, sacrificio personal, imposibilidad de conciliar trabajo con vida social y familiar debido a la flexibilidad pactada, permitan alcanzar los parámetros de producciones, productividad y altos índices de calidad que hacen a esta fábrica tan competitiva, un referente no solo dentro del Grupo Volkswagen sino también dentro del sector.
Una celebración para la que sí hay dinero y en la que al parecer no se reparó en gastos, eso sí, con un importante despliegue de voluntarios (más obligados que voluntarios) que atendieron los distintos stands (reparto de palomitas, pinta caras, guardería, u otros..) a la vez que se escatima en inversiones para prevención de riesgos o mejora de las condiciones de trabajo y se aplica la precariedad en las contrataciones alegando no poder pagar sueldos dignos para no perder competitividad…
En definitiva, para CGT, el acto de “celebración” del pasado día 12 de septiembre fue un gran despropósito y un claro ejemplo de cómo no deben hacerse las cosas.
SALUD Landaben a 16 de septiembre de 2015