En los últimos días, el capitalismo ha vuelto a mostrar su lado más salvaje en forma de agresión a la clase trabajadora. La multinacional automovilística Ford, anuncia el cierre de todas sus plantas en Brasil y el traslado de la producción a otros países. Esta medida afecta a más de 5.000 trabajadoras y trabajadores de una manera directa y a muchos miles de personas, indirectamente.
Si hace unos meses eran trabajadores y trabajadoras del estado español quienes se veían afectadas por una decisión similar en Nissan Barcelona, esta vez las medidas salvajes de las grandes multinacionales atraviesan el charco, mostrándonos una vez más que no les importa ni el país, ni la situación crítica del momento, ni el número de plantilla afectada por sus decisiones. Para estas empresas multinacionales lo único realmente importante es el aumento de sus beneficios, sean cuales sean las consecuencias.
Desde CGT, y más en concreto desde esta su Federación Metalúrgica (FESIM), la respuesta ante este nuevo ataque a la clase trabajadora no puede ser otra que la de condenar con la mayor contundencia posible la medida que pretende llevar a cabo la multinacional Ford, y ponernos a la más absoluta disposición de las compañeras y compañeros Brasileños para llevar a cabo las acciones que sean necesarias para que esta decisión sea revocada.
Desde hace décadas, esta Federación mantiene una estrecha relación con el sindicato brasileño CSP-Conlutas, con quienes nos coordinaremos para llevar a cabo una respuesta contundente de la clase obrera a nivel internacional.
