Ayer, 19 de noviembre, el Congreso de los Diputados aprobaba la reforma del pacto de Toledo. PSOE y UP alardeaban en prensa y redes sociales de todas las bondades de la nueva reforma, sacando pecho unos y otros, e intentándose apropiar de los “méritos” de esta reforma.
Pero la realidad es que en esta reforma, el actual gobierno del estado como ya hicieran los anteriores, otra vez vuelve a dejar abandonados a un importante colectivo de trabajadoras y trabajadores que llevan esperando desde hace ya demasiados años, un gesto o un movimiento por parte de algún gobierno que muestre un mínimo interés por su situación.
Nos referimos a quienes desempeñan puestos de trabajo con un alto índice de penosidad, toxicidad, peligrosidad, morbilidad y mortalidad. Es decir; aquellos trabajadores y trabajadoras que por el desempeño de las funciones en sus puestos de trabajo, están expuestos a enfermedades que pueden llegar a limitar sustancialmente su calidad y esperanza de vida, e incluso provocar su muerte.
El 18 de noviembre de 2011, un Real Decreto aprobado por el gobierno de Zapatero (RD 1698/2011), abría la esperanza para que la situación de este sector de trabajadoras y trabajadores fuera reconocida, y que mediante ese RD, se aplicaran Coeficientes Reductores en su edad de jubilación. Esperaban que se les reconociera, por parte del Gobierno, que su trabajo puede afectar seriamente a su salud, y que por lo tanto se jubilarían con anterioridad a la edad establecida por ley.
Desde esa fecha hasta el día de ayer, durante nueve años y un día, hemos visto cómo los diferentes gobiernos ninguneaban todas las solicitudes que tanto desde CGT, como desde otros colectivos y organizaciones sindicales se envían en este aspecto, poniendo innumerables trabas para ni siquiera aceptarlas a trámite. En definitiva, durante estos nueve años, hemos observado cómo este Real Decreto tan sólo ha servido para coger polvo en una estantería.
Durante todo este tiempo, desde CGT, además de presentar numerosas solicitudes para la aplicación de Coeficientes Reductores (sector Petroquímico, fundición de hierro colado, amianto, palas eólicas…), hemos mantenido reuniones con varios grupos parlamentarios (PSOE, UP, ERC…) quienes actualmente o tienen representación en el Gobierno o son una parte fundamental para la toma de acuerdos con el mismo. Pero, una vez más, comprobamos cómo con todas esas reuniones y contactos, lo único que buscaba la clase política del estado español es hacerse la foto, intentar que no diéramos guerra con este asunto (no lo han conseguido), y perpetuar en el tiempo un conflicto tan grave que afecta a la Salud de miles de trabajadoras y trabajadores.
Por eso, desde esta Federación denunciamos públicamente la pasividad tanto del gobierno central como de todos sus socios que, junto con el beneplácito de los agentes sociales, han vuelto a mirar para otro lado ante un problema tan serio. Si de verdad este Gobierno, sus socios y los sindicatos mayoritarios dicen mirar por la clase trabajadora, éste era uno de los momentos para hacerlo, más aún ante la situación actual que vivimos. Una vez más van a intentar dejar en un armario cogiendo polvo, un Real Decreto aprobado hace nueve años por un gobierno de su mismo color.
Desde la FESIM y desde el conjunto de la CGT hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía, especialmente a la clase trabajadora que se puede ver afectada por esta situación, a participar en la campaña que desde CGT vamos a retomar por la aplicación de coeficientes reductores en la edad de jubilación. Nos tenemos que hacer ver y oír, para que la clase política compruebe que con nuestra salud, con nuestra vida y con nuestros derechos, no pueden seguir jugando más.
20 de noviembre de 2020