Desde la Federación Estatal de Sindicatos de la Industria Metalúrgica de CGT (FESIM) afrontamos este 8 de marzo con el mismo compromiso que mantenemos a diario, las mujeres personas no binarias y disidencias del metal nos organizamos y alzamos la voz. En un sector tan masculinizado como el nuestro, debemos de incidir en la mejora de oportunidades laborales, activando medidas para poder desarrollar nuestra carrera profesional y tener un futuro laboral en el sector, empezando desde la base por una formación con perspectiva de género y promoviendo medidas para adecuar los puestos de trabajo a nuestras realidades.
Este 8 de marzo ponemos en el centro los cuidados, porque sostienen el trabajo y la vida, mientras nos obligan a asumir esta carga de forma gratuita o precarizada. Estamos en fábricas, en talleres, en oficinas, en almacenes y en la calle haciendo posible la producción y la vida, y mientras el patriarcado y el capitalismo nos explotan, nos invisibilizan y nos condenan a la precariedad, seguimos siendo ignoradas. El sector del metal clave en la economía, significa para nosotras precariedad, subcontratación y contratos temporales, seguimos enfrentándonos a techos de cristal, suelos pegajosos y entornos masculinizados donde la discriminación y el acoso son tolerados. Nos dicen que somos una minoría, pero sin nosotras la producción se detiene.
A nuestra jornada laboral se suma la carga de los cuidados, impuesta sin reconocimiento que nos imponen como una obligación natural. Nos obligan a conciliar sin ningún apoyo, sacrificando oportunidades, reduciendo jornadas o abandonando empleos para sostener y cuidar a nuestras familias.
Por todo ello, este 8M salimos a las calles en esta jornada de lucha y exigimos:
- El fin de la brecha salarial y la discriminación laboral. Mismo trabajo, mismos derechos, mismo salario.
- Protocolos efectivos contra el acoso laboral y sexual. Basta de impunidad en los centros de trabajo.
- Condiciones de trabajo dignas y el fin de la precariedad laboral. No más subcontratación y contratos temporales.
- Igualdad real en ascensos y puestos de responsabilidad. No aceptamos ser siempre la última opción.
- Corresponsabilidad en los cuidados y medidas reales de conciliación. Que el trabajo de los cuidados deje de ser una trampa para nosotras.
Mientras la ultraderecha avanza intentando arrebatarnos derechos, nosotras resistimos y luchamos. No permitiremos que el patriarcado y el capital nos sigan queriendo sumisas y calladas. Nuestro compromiso con la lucha feminista seguirá mucho más allá del 8M, lo haremos a diario, denunciando las desigualdades y discriminaciones que sufrimos cada día en nuestros centros de trabajo y en nuestra vida.
¡¡Ni invisibles, Ni precarias, ni explotadas por cuidar!!