Patxi Sanz candidato de CGT a las elecciones en VW navarra, regresa a primera línea de la Sección Sindical y sustituye a Carlos Couso como aspirante a las elecciones del 1 de abril. Sus objetivos: “Ganar y bajar los ritmos de trabajo”.
“El comité se ha perdido, no existe, no hay transparencia: en cualquier reunión, los otros sindicatos hablan poco y callan mucho”, resalta Patxi Sanz.
A sus 55 años, este chantreano que lleva 26 años afiliado y 29 en la fábrica, regresa a la primera línea. “En la última legislatura he estado en chapa; y de forma intermitente, he entrado y salido del comité porque siempre estoy a disposición del sindicato”, confiesa Sanz, casado y con dos hijos.
CGT presenta candidatura solo en el colegio de obreros y Sanz insiste en “crear un comité real y participativo para la defensa de las condiciones de trabajo”, porque “en el último referéndum, la plantilla no aprobó un convenio sino su espíritu, ya que tras esta votación se negociaron puntos como el protocolo de reubicaciones, las bajas voluntarias o reducciones de jornada, que luego no fueron refrendadas por los trabajadores”. Defiende el futuro de la factoría, pero “en instalaciones mejores, que faciliten el trabajo y la salud de la plantilla”, resalta.
¿Qué objetivo se marca CGT para estas elecciones sindicales?
-Queremos ganar a nuestro contrincante, que es la UGT.
¿Qué tiene que pasar en VW para que la dirección pacte con CGT?
-Que no estén ni UGT ni CCOO. Ahora mismo la dirección no necesita acordar con nosotros, porque tiene todo el bacalao vendido con ellos.
¿No resulta frustrante año tras año?
-Mucho, pero sabemos que resistir nos dará alas para ganar.
¿CGT es necesario para VW?
-Sí. CGT es necesario como oposición para controlar a estos sindicatos y es necesario que CGT gane para mejorar las condiciones laborales.
¿Cuáles son sus objetivos?
-Los de siempre: bajar los ritmos de trabajo, ya que en 53 segundos se pueden hacer pocas cosas, pero muchas veces un mismo movimiento y eso repercute en el estado físico. Reducir la jornada laboral a 30 horas, que ha caído en el abismo, para crear empleo. Establecer la oficialidad de segunda como categoría básica. Luchar contra la brecha salarial de los últimos 16 años, donde las subidas porcentuales han hecho que ganen menos los que cobran menos. En este periodo, la diferencia de subida entre el que menos y más gana se ha incrementado en 892 euros: más de 113 personas entre gerentes y jefes se embolsan 31 millones al año por bonus, la misma cantidad que costaba la plataforma inicial del convenio de los cinco sindicatos, que fue rechazada por su alto coste. Recuperar la obligatoriedad de cubrir las reducciones de jornada o bajas maternales. Disminuir la flexibilidad ya que no es posible que estemos cerrando días y se metan horas extra. Crear un comité participativo y real. Humanizar la factoría y establecer un tributo robótico, que apruebe el Parlamento foral, para subsanar la reducción de empleos e ingresos tributarios por la implantación de nuevas tecnologías.
CGT incide mucho en la salud.
-Sí, de las 235 comunicaciones que hemos hecho estos cuatro años, muchas se han referido a la salud, como la mayoría de las 25 huelgas registradas. Hemos elaborado 24 informes para denunciar ante el Instituto de Salud Pública y hemos registrado 270 denuncias a Inspección de Trabajo, entre ellas las del amianto.
¿Están satisfechos de cómo ha respondido la empresa al problema del amianto?
-No. Este tema no se había tocado, y escondieron el fallecimiento de un trabajador durante mucho tiempo, y salió a la luz porque lo denunció su viuda. Hemos logrado que la empresa reconozca que hubo amianto y hemos conseguido que entregue una lista de 200 trabajadores que pudieron estar en contacto, aunque el listado parece que no tiene mucho rigor. Seguiremos trabajando.
270 denuncias ante Inspección de Trabajo… ¿cuál ha sido la problemática mayoritaria?
-Problemas de salud, puestos de trabajo con riesgos, etc; pero también hay otros temas. Muchas de ellas han sido favorables, entre las últimas, la vulneración al derecho de huelga, con 38 procesos judiciales. El TSN acaba de condenar a VW por vulnerar el derecho a la huelga y tiene que indemnizar a CGT y a los trabajadores que la hicieron el 2 de noviembre de 2012: 12.000 euros al sindicato y la restitución de las cantidades descontadas a los trabajadores demandantes.
¿Qué opina de las bajas voluntarias?
-Estoy completamente en desacuerdo. Hacienda ha pegado un palo fuerte a los que las han solicitado, ya que la indemnización y el salario correspondiente se cobró de una sola vez y el fisco les ha quitado el porcentaje correspondiente de una tacada, cuando ese dinero lo necesitan en los cuatro años siguientes, hasta que lleguen a la jubilación, para pagar su cotización y para vivir, sin derecho a paro. Con estas bajas voluntarias, Hacienda se ha llevado 2,5 millones, no me extraña que luego el Gobierno pague a UGT, CCOO y la CEN, 900.000 euros por servicios prestados. Ahora mismo, VW y los firmantes están negociando una modificación del acuerdo, que en teoría era para cuatro años.
¿Cuál es la solución para rejuvenecer la plantilla?
-El contrato relevo, pero la dirección no nos hace caso, porque ya tiene con quién pactar.
¿Qué opina del segundo modelo?
-Para ser factible tienen que cambiar mucho las instalaciones y se debe asegurar una garantía de producción.
Entrevista publicada el 24 de marzo de 2015 en Diario de Noticias de Navarra